La suave respiración de su amante sobre su cuello le indico que aquel ya se había quedado dormido. Ella movió su cuerpo suavemente hacia la izquierda, escapando a toda prisa posible del abrazo del quinto hombre en la semana con el cual había estado intentando reemplazar al primero de toda su vida. Se sentó sobre la cama y se tomo el cabello entre las manos, dejando que una única lágrima resbalara por su mejilla izquierda. Finalmente se levanto del lecho y tomo sus ropas, se vistió a toda prisa y escapo, algo culpable, algo avergonzada, algo más rota.
No se paro a pensar en el desorden de su cabello, o en la rasgadura de sus medias veladas. Aseguro en la recepción que el chico se haría cargo de la cuenta del restaurante y la habitación del lujoso hotel.
Cuando la puerta de aquel hotel se cerro a su espalda, ella empezó a correr, la adrenalina se segregaba en gran cantidad por todos los circuitos de su sistema motor y la acetilcolina inundaba su sistema autonómico, sus venas latían con fuerza en cada parte de su piel. No razonaba, todo en su mente se enfocaba en llevar a su cuerpo al desgaste de los músculos, correr a toda velocidad, sobre esforzar sus capacidades.
El impacto en sus costillas se escuchó antes de sentirse, su cuerpo cayó en forma vertical y su bolso voló por los aires.
Un pequeño suspiro se resbalo de la comisura de sus labios.
La sangre borboteaba de forma desesperada, intentando curar una herida mortal. El pulmón se había perforado y nuestra protagonista escupió sangre.
Pero sonrió.
Sonrió porque finalmente aquel vacío se había inundado.
Un ultimo aliento fue exhalado.
Paz absoluta.
Este es solo un blog nacido del ojo de un huracán, del momento más grande de intensidad de una tormenta.
miércoles, 6 de mayo de 2015
Last breath
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