Estamos en un punto muerto.
Te has ido, sin irte en realidad. Sigues allí, a mi alcance, para abrazarte, para susurrarte te quieros al oído que suenen como a amistad. Sigo aquí, siendo totalmente incondicional, deseando que me beses y que respires mi aliento y vivas de mis versos.
Estamos juntos, sin estarlo realmente, quizá porque anhelamos ser amigos, quizá porque tenemos miedo de perdernos, como si dejarnos de lado nos hiciera mucho daño, nos rompiera lentamente.
No se como vivir contigo a mi alrededor, como dejar de quererte con cada hueso de mi cuerpo y con cada latido de aquel musculo que bombea sangre y al que le echamos la culpa de todas nuestras decisiones poco racionales.
No sé como dejar de escribirte, como parar de hacernos poesía. Quiero dejar de amarnos y que no me inspires más.
Estamos en un punto muerto.
Aunque nada está muerto.
Aunque todo sigue latiendo fuerte en cada milímetro de mi piel.
Este es solo un blog nacido del ojo de un huracán, del momento más grande de intensidad de una tormenta.
domingo, 26 de abril de 2015
Punto Muerto.
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