martes, 27 de septiembre de 2016

Amistades de Papel

La esperanza de verlo es una bombilla en su corazón, que, tras la negativa en la pantalla se apaga.
Finalmente, y por última vez, sin la esperanza de volver a encenderse nunca más.
Está cansada de mendigar, como tantas otras veces, una mirada, una sonrisa, la calidez de sus brazos y la sencilla naturalidad de sus conversaciones.
Cierra los ojos, conteniendo las lágrimas en el borde de sus párpados, y se traga el nudo en la garganta, que protesta por la árida sensación.
Cuando abre sus ojos, mantiene una sonrisa que es más falsa que el color rojo fuego de sus labios, y cierra el portátil con suavidad.
Se recuesta en su cama, enrollándose en el edredón y volviéndose un ovillo vacío, sin mariposa adentro.
Se muerde el labio y algo se remueve en su alma, racionalizando en silencio y cayendo de bruces en el pensamiento de que sus amistades de papel no le sirven para nada si no pueden contenerla en viva piel.

martes, 13 de septiembre de 2016

Play

Sí eso quieres, puedo soltarte la mentira más dulce que hayas escuchado en tu vida. Puedo mirarte a los ojos, sonreír con coquetería y hacerte pensar que te amo, tan bien que no tengas forma alguna de dudarlo. Puedo jugar este juego y ganarte sin que sientas que estás perdiendo.
Puedo envolverte en una espiral de lujuria, deseo y anhelo que te nublen la razón y te anulen el juicio.
Yo puedo fingir que te amo, que me importas, que te necesito.
Pero en la noche, cada vez que te bese, cada vez que te abrase, cada vez que en la cama me hagas tuya, yo cerraré los ojos y por muchos segundos pensaré en el hombre que, en tiempos robados, me hace sentir en la piel y en el alma cosas que tú jamás causarás.

lunes, 12 de septiembre de 2016

Píxeles.

No puedo evitar sonreír con la fantasía de que al otro lado de todos esos pequeños píxeles, tú también sonríes. Me vuelve loca la idea de saber que esa sonrisa que podría convocar a la paz mundial está en tu rostro por mi causa. Puedo sentir, si cierro los ojos, el calor que verla me causaría, la leve euforia que se enciende en mi corazón y el anhelo irrepetible de ser tan buena pintora o poeta para poder ser capaz de plasmar en el papel la pureza, la inocencia y la belleza absoluta que tu sonrisa manifiesta.
Un leve estremecimiento sube por mi espalda y no puedo evitar morderme los labios.
Anhelo volver a verte en un silencio que quiere decirlo todo.
Anhelo poder volver a abrazarte, porque el recuerdo ya no es suficiente.
Toda mi piel hormiguea con el deseo de volver a estar entre tus brazos.
Y se que sucederá, no respondo de mi para cuando llegue ese día... pero por ahora, me conformo con las sonrisas que te robo, los versos que te escribo, y los besos que mis sueños fabrican manifestando en calma, el profundo sentimiento que en mi corazón nació y no deja de vivir.