Cuando me llama por mi apodo algo se mueve dentro de mí, se rompe, se quiebra, renace, florece, y luego se marchita, me destroza y me derrumba, todo en un mismo segundo. Porque no, él no me dice princesa, porque es absurdamente cursi. No me llama "mi vida" porque ambos sabemos que no hay nada más lejos de la verdad que eso. No me dice mi amor, porque la primera vez que me amo todo fue un desastre. No me apoda tontita, o bobita, menos bonita, porque todas tres son casi ofensas. Él solo me dice "Lu" y el sonido de su voz llena mi vida, inunda mi alma y destruye mi corazón. Porque todo en mí vibra cuando me llama así, porque es especial, es único y soy para siempre su Lu. Y es por él que los demás me llaman así. Y así es como puedo vivir sin él. Escuchándolo en todas partes, en otras voces. Amándolo, queriéndolo, en otros cuerpos, en otras almas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario