La paz absoluta podía ser concebida entre sus brazos. Me sentía en calma, protegida, cobijada. El peligro, mi oscuridad, mis miedos y mis inseguridades no existían mientras me abrazaba, mientras podía sentir latir su corazón contra mi mejilla, y mis pulmones se llenaban de su olor. No había otro lugar en el mundo en el que yo deseará estar, no mientras me sostenía con fuerza, como sí de repente necesitará que más que carne, mi alma se fusionará con la suya. Como sí nada en el mundo pudiera destruir esa tranquilidad infinita de escuchar el ritmo de su corazón, latiendo algo apresuradamente, justo como el mío. Nada se comparará a esa felicidad, a esa tranquilidad absoluta. Nunca.
Este es solo un blog nacido del ojo de un huracán, del momento más grande de intensidad de una tormenta.
viernes, 23 de enero de 2015
viernes, 16 de enero de 2015
¿Aceptas?
Cada cosa tiene un momento, un lugar, una forma especial, peculiar de suceder. Las estrellas conspiran, se susurran secretos al oído, hacen planes en voz baja, emparejan personas disparejas para que la Luna, apesadumbrada, se encargue de encontrarles a la persona correcta.
Usualmente nos negamos a los planes coincidenciales del destino, conocemos a la persona que amaremos desde pequeños, o quizá no, quizá estuvimos a punto de toparnos, y tomamos la dirección errónea.
Sabemos que encontrar a la persona perfecta no es posible, pero mantenemos una idealidad, un secreto propio y oscuro de lo que amamos, y anhelamos encontrar.
Quisiera culpar a las estrellas de todos mis errores pasados antes de llegar a ti, y agradecer a la Luna, mi amada musa, porque llegaste tú, luz incandescente en mi abrumadora oscuridad.
También debo agradecer a Dios, a ese ser de luz maravilloso y omnipotente que lucha por mi felicidad, razón por la cuál te encuentras en mi camino.
Eres ese secreto, guardado cual tesoro gigante, de lo que un día, entre la inconsciencia, emborrachada en versos, soñé. Eres esa estrella incesante, mi deseo sublime. Eres, y nunca dejaras de ser.
Aquí estoy, manos abiertas, corazón latiente y sensibilidad de escritora, dispuesta a mostrarte mi mundo, mi paraíso.
Te dejo entrar con una condición, claro, porque en cada trato, siempre hay riesgos.
Sí un día decides que mi mundo te ha quedado pequeño y mis versos ya no dulcifican tu vida, cariño mío, dímelo y vete. No te detendré lo juro, aunque mi mundo te anhele, no obstruire tu felicidad, y que me parta un rayo si algún día impido la aparición de aquella sonrisa perfecta que hace mis piernas temblar.
¿Aceptas?
miércoles, 14 de enero de 2015
Bajo mi piel.
Hay algo debajo de mi piel, más allá de la apariencia, algo que solo tú descubres, algo que solo tú haz visto. Esa es mi esencia absoluta, cada color y la ausencia de ellos, las mariposas muertas que ya no revolotean alrededor del espectro de un amor que yo misma asesiné, la oscuridad de mis días y la luz cegadora de mis noches, aquella luna inyectada de mi propia sangre, los retazos de frases de un libro que ame y que ahora me sé de memoria, la poesía recitada en el oído de algún desconocido agradable, el incontrolable monstro que vive en lo más oscuro, en el más recóndito rincón, enjaulado, bajo mil llaves, ese que no tiene miedos y sed de algo más que cuerpos, de algo más que almas, la soledad absoluta de una noche despejada, un par de tazas de café y galletas con mermelada, el roce de unos labios que tú bien conoces, puesto que te pertenecen. Ves todo lo que soy, porque contigo deseo ser más que aquella cascara que los ojos ven, una alma poblada de tus besos, un alma inundada de mis batallas, mis dolores, mis cicatrices y mis temores. La misma alma que hoy conoces como la tuya y que desvistes en el mismo instante en tus labios rozan mi piel.
viernes, 2 de enero de 2015
Get away. I am inlove.
Estás acostado, cierras los ojos, la música invade todo el espacio a tu alrededor y cada nota se incrusta en tu corazón. Se supone que no quieres pensar e igual lo haces. Se supone que no quieres sentir nada en ese momento, pero joder, lo único que puedes hacer es revivir, cada sensación, cada sentimiento, lo que produce su lejanía y la intensidad de su cercanía. Quieres cerrar los ojos y detenerlo todo pero se derrama en tu mente, un torrente de mil cosas combinadas. Recuerdos, pedazos de canciones, poesía y trozos de letras, palabras que no existen y otras que no son suficientes para describirlo todo. Te muerdes el labio y tarareas una de tus canciones favoritas, mientras te rindes a los sentimientos. Entonces al final sonríes, porque no hay nada de eso que te haga sufrir, no, al contrario, todos esos sentimientos se desembocan en una felicidad tan pura y tan sublime que casi abruma, que envuelve. No hay una palabra correcta para definir la explosión en tu pecho, y las cosquillas en tus manos, desean abrazar algo que en este momento no está cerca. Más bien alguien. Solo sabes que te gusta el sentimiento y no estás listo para dejarlo ir. Quizá nunca lo estés. Suspiras y dejas que la última nota de aquella dulce canción en la voz de Adele te absorba. Porque no, no quieres alguien como esa persona. Quieres a esa persona y esa es la simple conclusión.