A veces quisiera pintar un cielo nuevo para los dos. A veces quisiera crear un mundo feérico que fuera sólo nuestro, que pudiera ponerle tu nombre a la laguna y que encontráramos un sauce grande en el cual refugiarnos bajo nuestra musa favorita. Me gustaría robarme la luna para ti, y que se viera en el deber de alumbrar en tus ojos sólo porque se su nombre. Quisiera plantar flores de selas sólo para que supieran que, si de flores se trata, eres más hermoso tú. A veces me gustaría darte el nombre del viento, susurrar el nombre del hierro a tu oído, y si lo supiera, te diría el nombre del amor justo sobre la comisura de tus labios, para que ya no pudieras apartarte de mí.
Todo el tiempo estoy delirando entre aquellas fantasías locas, itinerantes, pero antes que nada, irresistibles.
Porque si poseyera el poder para hacer todas esas cosas, haría aquello y más con tal de que vieras la intensidad con la que suelo amarte.
Este es solo un blog nacido del ojo de un huracán, del momento más grande de intensidad de una tormenta.
martes, 27 de octubre de 2015
KingkillerInspired.
Deserve
Mereces el primer suspiro de la mañana, que es el más puro que existe.
Mereces la sonrisa más tierna, más dulce, más abierta y más honesta.
Mereces esa felicidad melodiosa que se torna eterna y perfecta.
Mereces que te amen a tus anchas y a tus largas, en cada rincón y cada centímetro.
Mereces todo lo que está en mis manos darte.
Mereces eso y más.
Mereces todos los versos capaces de ser compuestos.
Todas las odas que se puedan idealizar.
Toda lo poesía que unas manos que te amen puedan escribir.
Yo, mientras tanto, me voy a encargar de hacerte versos sueltos, de contentarme con tu sonrisa y tus hoyuelos, de ser feliz en abrazos efímeros y de reírme contigo de todas las pequeñeces hilarantes de la vida.
miércoles, 14 de octubre de 2015
My guitar hero
Encuentro en su sonrisa esa luz que le hace falta a mi vida. No hay otra forma de describir el cálido sentimiento que se extiende en mi pecho cuando su sonrisa entra en mi campo de visión.
Casi puedo sentir mis pupilas dilatarse, y casi se hace visible en mi garganta, en aquel punto sensible donde la yugular circula, como mi corazón ha aumentado drásticamente su ritmo.
Porque él me hace eso.
Su sonrisa hace que mi corazón cambie su ritmo, y que mi alma se remueva dentro de mi cuerpo. Sus abrazos le dan tranquilidad a mi espíritu y relajan mis músculos.
Y el brillo de sus ojos es mi sol personal. Mi propia lumbrera. Mi hermosa luna de rayos color azul.
Y verle, verle siendo tan él, verle de lejos, con la guitarra en sus manos, el rasgueo de sus dedos, la presión de sus yemas en las cuerdas, los acordes perfectos, la melodía indicada, y la felicidad brincando en sus ojos mientras toca.
Verle, siendo una obra de arte ruidosa, armoniosa, perfecta.
Verle, la naturalidad con la que maneja el instrumento, como si aquél fuera una extensión de sí mismo, y no algo a parte.
Ver en sus labios extendidos su amor a la música.
En la forma en que lo toma, el amor hacia su instrumento.
Esa delicadeza, tan pura, tan real, con la que ama a su guitarra, me hace regodearme de absoluta dicha, porque es quizá la misma delicadeza con la que me trata, es la confirmación silenciosa de su amor hacía mí.
martes, 6 de octubre de 2015
Stay
Ni tú ni yo vamos a entender nunca que nos llevo exactamente hasta donde estamos ahora.
Nunca entenderé porque me gustaba tu sonrisa, o el hecho de que tus ojos brillaban de una manera más fuerte, más cegadora y más atractiva que los de los demás.
O tampoco porque solías verme y silbar.
No, no como se le silba a una chica linda que va con minifalda por la calle.
Tenías tu propia manera. Era peculiar, única, inigualable. Tantas noches intentando copiar aquel dulce sonido, y nunca lográndolo. Tantas noches rememorando la forma en que tus labios se fruncían y la tierna mirada que los acompañaba.
Nunca vamos a entender porque terminamos besándonos en medio de aquella fiesta, en casa de uno de tus mejores amigos. No estábamos tan ebrios, como para culpar al alcohol, ni tan aburridos, como para adjudicarlo a un momento de simple diversión.
Nunca podré comprender porque acepté ser tu novia. Porque aquel "si" nació tan naturalmente en mis labios, y murió en tu boca.
Nunca lograremos analizar la razón por la cuál nuestro propio cuento de hadas se fue a la mierda.
Nunca vamos a entender como es que seguimos funcionando, sin funcionar.
Porque, a pesar de que nunca entenderemos, comprenderemos o seremos capaces de ser racionales para explicar nuestra relación, siempre vamos a ser capaces de entender una sola cosa.
No hay forma de que no queramos al otro en nuestras propias vidas.
Painfull reality
A veces nuestros sentidos no funcionan correctamente, y todo en lo que podemos confiar se vuelve borroso. El razoncinio no funciona de la forma en la que debería, y tus percepciones de la realidad se ven alteradas por fantasias tan aferradas a tu subconsciente que se están transportando a la corteza cerebral.
Y entonces, tu sistema neuronal colapsa.
Tienes alucinaciones, alucinaciones de un amor del que estabas convencida de tener, besos, abrazos, caricias, una noche en que la luna llena era la única luz y los roces de piel eran tan constantes como los ruidos bajo las sabanas.
Un amor explotante, fascinante, de mil colores, de mil texturas, de apetecibles olores y de dulce sabor.
Las alucinaciones se sienten reales, igual que los sentimientos que te causan.
El sistema neuronal se altera aún más, y entonces, recuerdas lo que es el dolor, la tristeza, la agonía.
Las ensoñaciones se vuelven pesadillas, y todo aquello que se veía rosa está teñido de un rojo sangre brillante, lleno de color purpuréa y contusiones constantes.
Todo lo que ves es mentira, y todo lo que sientes es falso.
Abres los ojos.
Tus oídos pitan.
Hay llamas a tu alrededor, pero sólo están en tu mente, sólo te quemas por dentro.
Todo a tu alrededor es blanco, y huele a cloro y latex.
Estás en una cama de un hospital, tus brazos y piernas inmovilizados.
Sigues sintiendo el ardor, y cuando puedes mover tu cabeza, ves las heridas profundas de tus brazos, y esperas que no se prolonguen bajo la bata transparentosas.
El amor fue mentira. Fue una dulce fantasia. Nada más que las alucinaciones por la falta de medicacion.
Pero el dolor... el dolor es real.
Es lo más real que tienes.