Mereces el primer suspiro de la mañana, que es el más puro que existe.
Mereces la sonrisa más tierna, más dulce, más abierta y más honesta.
Mereces esa felicidad melodiosa que se torna eterna y perfecta.
Mereces que te amen a tus anchas y a tus largas, en cada rincón y cada centímetro.
Mereces todo lo que está en mis manos darte.
Mereces eso y más.
Mereces todos los versos capaces de ser compuestos.
Todas las odas que se puedan idealizar.
Toda lo poesía que unas manos que te amen puedan escribir.
Yo, mientras tanto, me voy a encargar de hacerte versos sueltos, de contentarme con tu sonrisa y tus hoyuelos, de ser feliz en abrazos efímeros y de reírme contigo de todas las pequeñeces hilarantes de la vida.
Este es solo un blog nacido del ojo de un huracán, del momento más grande de intensidad de una tormenta.
martes, 27 de octubre de 2015
Deserve
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