Mirame, se que estas allí, tras esas capaz de fría indiferencia. Yo sigo aquí, esperando a que consideres bajar el puente que me impide acceder a la torre, o que dejes caer tu cabello, como si fueras Rapunzel, que me dejes entrar. Me quedo aquí, no me voy, no te dejo. Se que es dificil para ti, comprendo el dolor, porque todos nos hemos sentido vulnerables, decaidos, rotos, desde lo más profundo del ser. También he sentido que no es posible repararse, y que dejar filtrar el más minimo rayo de cariño significa otra traición más, más dolor, más cicatrices. Sé que estás asustada y cansada de las mentiras y la deslealtad. Pero te pido, hoy, que confies, porque sigo aquí, detrás de esas capas de protección reforzada, porque muchos seguimos aquí, y te queremos, porque es posible querer después de haber sido traicionado, porque el amor es el antidoto a ese dolor complejo e indescriptible que se guarda en tu alma. Porque, aunque no lo creas, y aunque yo no sepa como, incluso un corazón roto es capaz de sentir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario