Me recuerdas? Yo solía ser una de esas personas a
las que al atardecer, con algo más que chocolate caliente y masmelos, le
susurrabas al oído que yo iba a ser el único amor de tu vida. ¿Puedes acordarte
de aquellas noches estrelladas juntos en la terraza, tomados de la mano,
intentando adivinar a cuantos años luz podrían estar cada una de aquellas
estrellas? ¿Cuáles estarían muertas, y cuáles aún suspiraban en vida? Yo
recuerdo perfectamente, con todo detalle, cada sonrisa a tu alrededor. Recuerdo
aquella tarde que me pediste que fuera tu eternidad, porque no, tú no le pedias
a ninguna chica que fuera tu novia. Recuerdo para el mes siguiente los pétalos
de rosas blancas encima del edredón violeta de mi cama, y el oso de peluche
gigante con una caja de chocolates en forma de corazón en medio puestos
delicadamente encima de la misma. También puedo recordar un par de meses luego
a eso, cuando yo, completamente enamorada quise darte una sorpresa, y la
sorprendida fui yo. También recuerdo las lágrimas, los gritos, las promesas rotas.
¿Recuerdas lo que significaste para mí? Y mira, terminaste convirtiéndote en
una más de las miles de razones por las cuáles, no confió en las personas.
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