De nuevo aquí, en el rincón de una habitación oscura, en la profundidad de mi propio subconsciente, dejándome llevar por un susurro de tu voz. De esa voz que me hacía reír en las mañanas y amar en las noches. Esa voz ronca, sin aire, tras caricias que solo puedo reproducir en recuerdos. Un recuerdo, mil y uno, eso es tu voz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario